Los domingos son el día oficial de la leguminosa. Tras un remojo nocturno, sendas tazas de cuatro semillas distintas van a dar a sus cuatro respectivas ollas.

Las lentejas, con jengibre y espinacas.
Los frijoles, con cebolla, ajo y tomillo.
Las alubias, con cebolla picada, ajo picado y albahaca.
Los garbanzos, así nomás, que solitos se defienden.

La sal, poca, hasta el final de la cocción para que no endurezca las pieles.

Ya cocidas y entibiadas, se toma media taza de cada una (sin caldo) y se combinan en cazo, cuenco o ensaladera; se aliñan con vinagreta de oliva, miel, vinagre/limón, pimienta y hierbas finas, y se comen alegremente con sémola, pan o tortilla para formar saludable proteína vegetal.


El resto de las semillas se guarda en prácticos botecitos de media taza y va derechito al congelador, donde puede dormir el sueño de los justos un par de meses e irse descongelando por porciones diarias. (Benditos microondas).

1 Comment:

  1. alonso ruvalcaba said...
    pues mucho gusto, vida,
    y saludos de otro vindicador de las lentejas, los frijoles, las alubias, los garbanzos

    y todos los demás!

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